Esa misma tarde recorrimos agencia tras agencia buscando un viaje que saliese lo antes posible dentro de nuestras posibilidades sin resultado, por lo que una vez en casa estábamos ya resignados a escaparnos al pueblo (Ver “Una semana en Corao y Cangas de Onís”), cuando a Vicky se le ocurrió llamar a nuestra buena y querida amiga Melba, que hacía un años nos había visitado, por si había posibilidad de que nos diera alojamiento por unos días en su casa.
Una vez obtenido el ok de nuestra amiga, a primera hora del sábado nos acercamos al Corte Inglés y obtuvimos por buen precio unos billetes en la compañía Air Europa para ese lunes Madrid-Nueva York, así que llamamos a nuestra amiga para que contase con nosotros, compramos unos detalles para ella y su encantador marido John (se pronuncia Yan), metimos 4 cosas en la maleta y nos pillamos el Alsa nocturno del Domingo a Madrid, plantándonos en la Gran Manzana el lunes a las 17:00 hora local (6 horas menos que en España).
Nada más salir del aeropuerto JFK está muy bien organizado el servicio de taxis, ya que un señor con librea te pregunta la dirección a la que vas te coloca en un taxi y te indica el precio aproximado de la carrera. Nuestros amigos vivían en Queens (donde el Hijo de Sam hizo de las suyas), en una bonita casa de un barrio residencial, tardamos una buena hora en llegar, con parada incluida y llamada a nuestra amiga a fin de que el taxista se orientase.
Aunque estuvimos 9 noches, decir, que no aprovechamos el viaje todo lo que debiéramos ya que un gran hándicap era la enorme distancia que teníamos que recorrer todos los días hasta Manhattan, media hora de autobús hasta la estación de metro y cerca de otra hora hasta la isla. De todas maneras compensábamos con el hecho de que al tratarse de Noviembre no tuvimos que hacer ninguna cola en las visitas.
Las fotos que tenemos son 4 y decepcionantes, ya que se nos estropeó un rollo con las mejores y las que se salvaron eran diapositivas, así que hemos acudido a una web de imágenes libres de donde hemos sacado la mayoría de las fotos para hacer algo más ameno este relato. Aquí os indicamos la web y darles las gracias por permitir tomarlas prestadas. http://www.educima.com/es-colorear-imagenes-dibujos-foto-new-york-b540.html
Nuestros amigos Sandra y Jorge, viajeros empedernidos, estuvieron hace relativamente poco y se alojaron en un hotel en New Jersey que se encontraba a dos paradas de metro de Manhattan a muy buen precio y con un excepcional desayuno. Aquí os va su web http://www.hollandmotorlodge.com/index.html ellos quedaron encantados lo cual para nosotros es una garantía.
La web http://www.nuevayork.es/ os vendrá estupendamente para organizar vuestro viaje, podéis contratar excursiones de un dia a Washington, Niagara, cruceros con cena, tour en helicóptero, y un montón de opciones más.
Martes
Al ser nuestro primer día nos pareció lo más apropiado comenzar nuestra estancia visitando la Estatua de La Libertad, por lo que nos dirigimos al sur de Manhattan, más concretamente a Battery Park donde cogimos un ferry que incluía la visita a la que fue “Puerta” de Nueva York para generaciones de emigrantes, la Isla de Ellis (aproximadamente 12 millones de pasajeros pasaron aduana en esta isla desde 1892 a 1954), os incorporamos su web , que entre otras cosas os permitirá localizar a ese antepasado que emigró a EEUU. http://www.ellisisland.org/
La siguiente parada Liberty Island, islote donde se encuentra la famosa estatua debe ser el lugar más visitado de toda la ciudad, nosotros al ser Noviembre tuvimos suerte y no esperamos cola, pero encontramos numerosas marcas que te indican el tiempo de cola que te espera. Unos amigos nuestros, María e Isaac que fueron en Agosto desistieron de la visita ya que por las indicaciones les quedaban 4 horas de espera por delante.
http://www.statueofliberty.org/
Para la visita, podéis coger un ascensor hasta lo alto del pedestal y allí no queda más remedio que subir la escalera de caracol hasta la corona. Justo antes de subir a Vicky le apeteció una cocacola, pero tras mucho esfuerzo la convencí de que esperase para tomarla en el bar que imaginaba habría en la corona mientras disfrutábamos tranquilamente de las vistas; ¡Inocente de mi!, la corona tiene como 2 metros y esos ventanales que veis en la tele tan enormes, son en realidad unos ventanucos de nada. Aprovechar para comentaros que tomamos cocacolas con sabores completamente diferentes a las que venden en España, concretamente en este sitio tomamos una con un toque a vainilla que estaba buenísima.
A la vuelta vais a disfrutar de unas vistas excepcionales sobre los rascacielos, mucha gente coge el Ferry que va a Staten Island por estas vistas, nosotros no lo hicimos.
Justo a la salida de Battery Park , en dirección al puente de Brooklyn, comimos ya entrada la tarde en una cafetería típica americana unas hamburguesas bestiales por muy poco dinero, no recordamos el nombre, pero tras el frío que pasamos en la visita de las islas fueron reconfortantes.
El resto del día lo pasamos en el centro comercial SeaPort, centro comercial muy bonito, donde hicimos buenas compras de ropa a poco precio. http://www.southstreetseaport.com/
En el metro de regreso, nosotros con nuestra curiosidad de turistas, aunada al cotilleo innato que nos caracteriza a los latinos nos fijamos en que en el metro toda la gente va a lo suyo, lleva sus cascos de música, un libro, pero la mirada la clavan en el vacio ó en el suelo. Por casualidad mi mirada se topó con la de otro viajero del fondo del vagón, como pasa miles de veces, pero cual fue mi sorpresa cuando al cabo de un rato me veo al mismo tipo a un metro de mi. Al regresar a casa de nuestros amigos se lo comenté a John (policía de origen irlandés), y nos explicó que estuvimos a punto de meternos en un lío, ya que el cruce de miradas lo consideran una provocación. A Vicky unos días después le pasó algo parecido con una banda de chicas puertorriqueñas, así que estáis avisados.
De aquella el metro funcionaba con token (ficha), una moneda acuñada para uso exclusivo del metro, aunque en un caso de apuro te la aceptaban incluso para dar una propina. Desconocemos como funciona en la actualidad.
Este día nuestra primera parada fue el Rockefeller Center (entre la 5th y 6th Avenida), donde se estaba instalando el árbol de navidad gigante con el que lo decoran en esas fechas, y ya funcionaba la pista de patinaje sobre hielo, yo no tengo ni idea de patinar, pero apetecía deslizarse sobre el hielo. Tras ver durante un rato las piruetas de los expertos patinadores, nos dirigimos hacia la famosa estatua del Atlas que sostiene el mundo sobre sus hombros y que se encuentra a la entrada del edificio.
Atravesando la 5th avenida llegamos a la iglesia de San Patricio, patrón de los irlandeses y en cuyo honor se realiza el famoso desfile todos los 17 de Marzo. http://www.saintpatrickscathedral.org/
Si caminamos un poco más hasta la calle 53, llegaremos a la iglesia de Santo Tomás con su impresionante retablo de piedra; el coro de esta iglesia está reconocido musicalmente, cantan en 4 ó 5 misas semanales, aquí os incorporamos la web donde os indican las actuaciones http://www.choirschool.org/
En esta calle a la izda. de la 5th, llegamos al museo de Arte Moderno http://www.moma.org/ , si sois amantes del arte es visita obligada. Nosotros pasamos olímpicamente de la visita y nos dirigimos a la Av. De Las Américas (6th), donde tras comernos un perrito que tenía hasta habas en la salsa, paramos en el Radio City Music Hall a fin de conseguir entradas para ver a las Rockettes Chorus y su espectáculo de Navidad, pero no lo logramos; aquí tenéis la web en la que podéis comprarlas http://www.radiocity.com/
En el Rockefeller Center, está situada una tienda gourmet de la franquicia Dean & De Luca en la que te preparan un bocadillo u lo que quieras; es probablemente un sitio ideal para tomaros el famoso pastrami neoyorkino. Si habéis visto la serie Felicity, la protagonista trabajaba aquí. http://www.deandeluca.com/Aboutus/Default.aspx?id=186&selItemId=14
Nuestra siguiente parada del día fué Times Square desde donde cogimos de nuevo el metro de regreso, ya que habíamos quedado con nuestros anfitriones para comer. Por si no lo sabéis, los neoyorquinos al menos, solo paran a las 12:00 para tomarse un perrito en la calle haciendo la comida fuerte al finalizar el trabajo sobre las 18:00 horas.
Noviembre, aunque oscurece muy temprano, es una buena época para visitar Nueva York, recuerdo que pasamos un frío tremendo, tal era este que cada poco nos metíamos en alguita tienda a calentar, por lo que Vicky encantada. En esta época del año, se aperturan temporalmente, tiendas de ropa, productos navideños, etc…, por ejemplo, Vicky se compró dos pares de zapatos por mil pesetas que en España no bajaban de 10.000 cada par, así como una enorme corona de navidad y adornos para el árbol tirados de precio, en definitiva, tuvimos que comprar una enorme maleta para poder traerlo todo.
Hecho este apunte, nuestra primera parada fue el Empire State en la esquina de la 5th y la calle 34. http://www.esbnyc.com/index2.cfm?noflash=1
Ya no será el edificio más alto del mundo, pero su estilo art déco, aunado al vestíbulo de mármol de 3 pisos de altura (al que se accede por la C/ 34th) y en donde se muestran las 7 maravillas del mundo a las que se les añade el Empire como octava, lo hace especial.
Posee dos plataformas de observación, una en la planta 86 al aire libre y otra en la 102 acristalada, la vista desde esta última de Manhattan es espectacular.
A continuación podéis entrar en el centro comercial mas famoso de New York, Macys http://www.macys.com/, sito en la 34th. Este centro comercial organiza desde hace ochenta y pico años el desfile del Día de Acción de Gracias, “Macy´s Thanksgiving Parade”, que tiene lugar el cuarto Jueves de Noviembre. Os añado la web, ya que si vais por esas fechas, podéis incluso apuntaros para desfilar en el mismo y hacer de vuestro viaje algo inolvidable (Me esta apeteciendo hasta volver).
Siento no poder indicaros sitios para comer, pero hace ya tantos años que no los recordamos, además, la mayoría de los días comíamos por la calle perritos.
El resto de la tarde la dedicamos a pasear por el Madison Square Garden, en la web siguiente tenéis toda la programación de espectáculos con la posibilidad de comprar las entradas . http://www.thegarden.com/
Viernes
Comenzamos el día en Canal Street, calle que separa la Pequeña Italia de Chinatown, y en donde pululan los puestos callejeros donde comprar tirados de precio relojes de imitación, creo recordar que por mil pesetas nos compramos 3 ó 4, entre ellos un “Trolex” que me duró varios años.
Tras el paseo por el mercadillo, recorrimos las calles de la Pequeña Italia, adentramos finalmente en la C/ Mulberry, corazón de este distrito y que está plagada (al menos estaba) de restaurantes y tiendas de comestibles. Aquí tuvimos bastante mala suerte ya que nos decidimos a comer en uno de ellos y fuimos a topar con el ser más desagradable que nos encontramos a lo largo de todos estos años de viajes.
Al entrar en el restaurante nos recibió un hispano (boliviano al 90%), lo cual fue una alegría, ya que nuestro inglés era y es bastante básico y creímos que no iba a ser necesario utilizarlo. Pues nada, antes de pasar al comedor le preguntamos si tenía menú del día, asintió con la cabeza y pasamos a un comedor con varios comensales. Una vez allí, le preguntamos que tenían de menú y nos señaló una pizarra enorme colgada de una pared del restaurante, al decirle que por favor que nos lo explicase en español, ya que no sabíamos exactamente que lo que ponía, ni corto ni perezoso, fue a la pared, descolgó ese pedazo de pizarra y nos la acercó a la mesa apoyándola en el suelo, ante la sorpresa del resto de clientes. Yo de aquella era bastante más cortadito que ahora, pero a Vicky le sacó su temperamento, asi que se levantó y muy educadamente, le pego un rapapolvo con “no se preocupe, si le hemos molestado en esta calle hay montones de restaurantes, así que nos vamos”. Cuando ya estábamos en la puerta oímos a un compañero ó dueño, que le preguntó ¿Se van los sres.?, a lo que contestó este personaje en perfecto castellano, “Si, al final no les apeteció quedarse” (hijo puta el tio).
En definitiva nos fuimos a comer a un McDonals.
Después de comer y dar un paseo por Chinatown me entró una urgencia menor, así que entramos en un bar enorme lleno de mesas plagadas de chinos y dejé a Vicky encargada de buscar un sitio mientras me dirigí a través de un laberíntico pasillo (como los de las pelis) hacia el baño. Al salir del mismo me encontré con 4 pedazo de chinos como cuatro armarios roperos rodeando la puerta. Tras un par de excuse me y sorrys pasé entre ellos dirigiéndome al bar para encontrarme a Vicky de pie en medio del bar, y es que resulta que en cuanto se acercaba a una mesa par coger sitio los chinos de alrededor se movían para no dejarle sentar. Visto lo visto decidimos irnos por donde habíamos venido.
La siguiente parada fue Wall Street, ya que teníamos intención de visitar el New York Stock Exchange (La Bolsa), pero las visitas eran hasta las 15:30, por lo que como ya eran pasadas las 17:00 no nos fue posible.
La verdad que tampoco nos importó mucho, y nos dirigimos hacia la iglesia más antigua de Manhattan St. Paul´s Chapel (1766),sita en la C/ Broadway, sorprende el contraste de esa capilla con su jardincito, sus bancos y tumbas con los enormes edificios de alrededor. Aquí va su web. http://www.saintpaulschapel.org/
Muy cerca de la capilla dimos con una pizzería muy sencilla en la que atendía un chico argentino, cuyo padre era asturiano, así que entablamos una agradable conversación que nos resarció de la amarga experiencia del anterior restaurante; es más volvimos otra vez antes de regresar.
Como ya se nos estaba haciendo tarde, fuimos corriendo hasta las torres gemelas, para disfrutar de la vista nocturna desde su piso 107 a más de 400 metros del resto de edificios emblemáticos y de la Estatua de la Libertad iluminados. Recuerdo de ese día que hacía bastante viento, por lo que se producía cierto vaivén en lo más alto y Vicky que sufre de vértigo lo pasó bastante mal, sobre todo en la terraza.
El sábado, nuestros amigos nos hicieron recorridos “panorámico” por Queens, Flushing Meadows, Corona Park, Coney Island, fueron varios de los sitios que recorrimos.
Uno de los mejores recuerdos lo tenemos de un restaurante museo, genial y que no conseguimos identificar. (la próxima vez que hablemos con ellos se lo preguntaremos, a ver si lo recuerdan). Al lado del restaurante se encontraban una especie de pueblo que recreaba ambientes y construcciones de época.
El Domingo estuvimos en una reunión con varias de las amistades de Melba y John, la verdad es que pasamos un rato agradable y sirvió un poco de descanso antes de afrontar los siguientes dias de callejeo.
Lunes
Abandonamos el metro en Rockefeller y cogimos la 5Th Avenida hasta llegar a Tiffany´s, donde entramos y por supuesto no compramos nada (pese a mi insistencia).
Tras dejar la compra de una joyita para nuestro 25 aniversario, a fin de hacerlo más celebrado, continuamos caminando en dirección a Central Park, hasta llegar al número 767, junto a la calle 58th (enfrente del Hotel Plaza), donde se encuentra la tienda de juguetes F.A.O. Schwarz, un miembro del personal disfrazado te dará la bienvenida. Aquí se encuentra el piano que tocan Tom Hanks y Robert Loggia en una escena de la película “Big”. http://www.fao.com/stores.html#new-york
Cuando abandonamos la tienda de juguetes seguimos caminando hasta la calle 59 y cruzamos la 5th avenida para adentramos en el Hotel Plaza a fin de reservar un par de días una suite, pero no nos convenció su decoración, así que decidimos seguir en casa de nuestros amigos. Por supuesto, nada tuvo que ver el hecho de que el coste de una suite por noche oscila entre los 2.000 a los 2.700$. http://www.fairmont.com/thePlaza
Tras la “meada” más fashión y cara de mi vida (de aquella el dólar era “potente”), cruzamos la calle para acceder al Central Park a través de la Grand Army Plaza, deteniéndonos un rato para disfrutar de un grupo de unos 20 chicos bailando break dance, a continuación bordeamos el Pond (estanque) hasta el Wollman Memorial Rink, la pista de patinaje sobre hielo (en verano minigolf).
Allí nos compramos en un puesto callejero unos bocadillos de una especie de chorizo criollo (no perritos), que estaban buenísimos y que comimos sentados en un banco muertos de frío viendo dar mil y un giros a avezados patinadores con el telón de fondo del hotel Plaza y edificios colindantes mientras en la megafonía sonaba la música de Celine Dión.
Nuestra siguiente parada fue la antigua lechería del siglo XIX (Dairy), hoy centro de asistencia a los visitantes del parque, de camino al precioso carrusel con corceles casi del tamaño de los reales labrados y decorados a mano.
El resto del parque lo dejamos para el día siguiente (su tamaño es de 340hectareas), y nos dirigimos rapidamente hacia el Museo de Historia Natural (American Museum of Natural History), situado en la Central Park West, calle colindante al parque. http://www.amnh.org/
Al comprar las entradas, nos ofrecieron la oportunidad de ver una película en el Naturemax Theatre que nos iba a hacer sentir que estábamos en el interior de un verdadero tornado, tan estupendo nos lo pusieron que aflojamos el bolsillo para verlo junto con el planetario (Hayden Planetarium).
El museo como tal está muy bien, no debéis perderos el zafiro “Estrella de la India” de 563 quilates y las salas llenas de esqueletos de dinosaurios en la tercera planta; nosotros no lo pudimos recorrer todo y eso que estuvimos como 3 horas antes de dirigirnos al teatro “dispuestos a todo”. Si nos vieseis como me estoy viendo ahora…, nada más sentarnos muy emocionados por el momento que íbamos a vivir, nos pusimos a buscar los cinturones de seguridad del asiento, e intentamos imaginar que mecanismo utilizarían para mover todo ese pedazo de teatro, los canales de aire que te darían en la cara para hacerte sentir en el tornado, como te salpicarían con agua, etc… En definitiva, tanta preparación para nada, ya que se trataba de un documental, con entrevistas a cientos de científicos y por supuesto en inglés, por lo que a la media hora y dado que no iba a haber “fiesta”, nos largamos rápidamente con destino al planetario, en el que te iban mostrando en el techo las distintas constelaciones con su correspondiente explicación. Si no sabéis mucho inglés pasar del planetario, y de la película lo mismo aún sabiendo inglés.
Lo mejor de todo fue que al salir tropezamos con la chica que nos vendió las entradas que nos preguntó que tal la peli, a lo que por supuesto respondimos que nos había encantado.
Una vez en el exterior del edificio, lo bordeamos y tomamos la Colombus Ave., avenida de tiendas de ropa elegante y restaurantes de postín hasta Colombus Circle donde una estatua de nuestro Cristóbal Colon se yergue en la confluencia de Broadway, 8th Ave., Central Park West y Central Park South. Justo en esta plaza Vicky entró en una tienda con perfumes a mitad de precio que en España, así que no pudimos dejar pasar esa oportunidad.
Con las compras se nos hizo bastante tarde, por lo que decidimos coger ya el metro de regreso hasta el barrio de Jamaica en Queens donde tomamos el autobús hasta la casa de nuestros amigos y cenar en un Burguer King que estaba a escasos 500 metros. Una cosa que nos sorprendió sobremanera es que los dispensadores de bebida estaban en medio del local y cada uno se rellenaba el vaso con refresco las veces que quisiera.
Martes
Este último día en la Gran Manzana transcurrió bastante relajado, nos daba un poco de vergüenza estar en NYC y no visitar el Metropolitan Museum of Art, así que le dedicamos unas cuantas horas, que hay que reconocer que pasaron volando (y eso que no somos muy amantes de los museos).
http://www.metmuseum.org/Works_of_Art/the_costume_institute
Poco más podemos contar de este día, ya que el resto lo dedicamos a recorrer tiendas por la Quinta Avenida, finalizando en el Rockefeller Center para admirar el enorme arbol ya montado definitivamente.
Nos vemos turisteando.
4 comentarios:
Muy buena información, sobre todo fabulosos los enlaces para contratar actividades y excursiones
Un saludo
Muchas gracias por dejarnos tu comentario, nos alegra que que te haya parecido útil este pequeño relato.
Nos vemos turisteando
Tenía planeado una escapada a New York en Primavera, pero al leer vuestro relato nos estamos replanteando ir para otoño, ya que tenemos dos niños y la posibilidad de comentas de participar en la cabalgata de Macys puede ser algo inolvidable para ellos.
Muchas gracias por la información. Muy práctica.
Saludos
Sonia, muchas gracias por tu comentario. Aunque en Otoño los días son bastantes cortos y el frío "largo" es una época ideal para disfrutar con niños, además no esperaréis colas, lo cual es un aliciente más.
Un saludo.
Nos vemos turisteando
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